jueves, 30 de abril de 2009

Que no es nada.

Mi pequeña vida, que no es nada; y te das cuenta y es lo peor de todo, que no es nada. Vienes de escuchar la vida más triste del mundo, de una mujer que lucha por su vida, por su matrimonio y su familia, por salir del hoyo, ese hoyo que tu visitas con frecuencia, que has establecido como tu hogar, oscuro, seco, como tú, vacío, como tú, lleno de mierda y odio... Y escribes esto con una sonrisa irónica, escuchando el canto triste y profundo, desgarrado, roto y lleno de dolor de una mujer que perdió a su marido hace veinte años en una plaza de toros, escuchando cómo la guitarra de un cantautor venido a menos llora sus problemas de entonces y ahora, escuchando el adiós de una cantante muerta en vida. Pero ya sabes de qué va esto. Te gusta ser un ente triste. De hecho crees ser la persona más deprimente de toda la Tierra, la más inmunda y la más sucia, rastrera y pisoteable, como una simple haba de un paquete de frutos secos. Sabes que no vas a hacer nada bien, por más que tu intentción sea la mejor. De hecho llegas del lugar más feliz del Mundo(después de Disneyland) abandonando a tus amigos a la luz de los farolillos y las alegres sevillanas.

Nadie para ti. Nadie para mí.

Y es aquí donde un día dijiste que echarías todas tus visceras y toda tu basura, donde vaciarías tus lágrimas que a duras penas corren por tus mejillas. Es aquí donde se queda tu alma seca y consumida por tu egoísmo, ése que te ha hecho estar sólo, como ahora, cubierto de mierda.

Y encima tienes que dar gracias a la puta vida por regalarte salud y una familia que te quiere. Manda cojones. Ni el gran Edgar Allan Poe en sus peores estados de embriaguez habría soltado tanto odio hacia el Mundo en general y hacia sí mismo en particular. Y suelto un ¡Ole! en honor a la feria y a la puta madre que te parió.

lunes, 20 de abril de 2009

Adiós Nada.

¿Recuerdas cuando de pequeños jugábamos a las casitas y nos llamaban mariquitas?¿Recuerdas cuando jugábamos en los montones de arena y hacíamos túneles para jugar con los playmobil? Dime que también recuerdas los gritos de tu madre: "¡Ya te has manchado los pantalones nuevos!". Dime que recuerdas cada segundo de tu vida, cada detalle, cada insulto y cada carcajada. Ven y cuéntame cuántas veces te has tumbado al sol sobre la hierba mojada y has sentido que estabas en completa armonía con todo el Universo. Cuéntame qué sientes al rozarte con la arena de la playa. Dime qué te parece que te acaricien bajo las sábanas y que las hormigas hagan el amor en tu abdomen, cómo puedes explicar una mirada ¿eh? cómo puedes contarte que el calor de las ventanas dora tu cuerpo, que hay una sonrisa entre el gentío que reverbera entre todas las demás, entre todas las mujeres.

Cuéntale al mundo cuántas aves pasan por tu novena ventana, en un segundo o en mil. Dime y dite el número de limones que han salido del azahar que oliste en primavera, la cantidad exacta de notas que han hecho romperte la piel en millones de pedazos. Piensa ahora cuál es tu canción favorita, hazte ese favor, piénsala en este segundo que te dejo y no encontrarás respuesta.

Y no encontrarás respuesta a nada, porque no existe tal respuesta. Nada existe, nada es, y el tiempo pasa por encima de esa nada como una manada de elefantes que cantan y bailan al sol de los trombones. Adiós nada. Nos vemos, tú y yo, mecidos en invierno por la costa catalana. Adiós Nada, que todo lo sabes.

martes, 14 de abril de 2009

Feelin like a shit.

Hoy he hecho un lavado de cara a mi blog, no tengo nada que contar, pero tenía que renovarme, buscar de nuevo la inspiración en donde menos espero. Los dibujos no son míos, ojalá, son de Alfonso Casas Moreno, un chaval que encontré por casualidad viendo dibujos y los suyos me hicieron sentir feliz.

Poco más. Mis días se vuelven aburridos y no encuentro puertas por las que escapar.

Como escribía Jack Nicholson en El Repslandor, en su máquina de escribir: "feelin' fine". Pero a la inversa y pongamos la palabra mierda. He dicho.