jueves, 24 de enero de 2008

Hay siempre un sentimiento muerto en un corazón roto

Anoche volviste a salir. Decidiste que dejabas el alcohol, las drogas y el sexo, empezaste una vida abstemia, sana y sin resaca. Querías ahorrar para comprarte un equipo de música, para comprarte algo de ropa nueva. Querías cambiar tu imagen de chico estrafalario y volver a ser un tipo normal, que no llama la atención y que saca buenas notas. Pero anoche volviste a salir, volviste a pedir cervezas a cuenta de gente sin alma buscando un hueco donde vaciarse, donde dejar sus penas, sus lagrimas y su semen.

Ya no vuelvo a beber.

Suena el teléfono. Decides no cojerlo a pesar de que el sonido es, si cabe, más estridente de lo que suele ser. Te quedas dormido con el sonido de la tele de fondo, Pressing Catch, ese teatro, esa pantomima en la que hombres fornidos hacen como que se pelean y se hacen daño. Una burda farsa. Como tu propia vida.

Porque tu antes tenías una vida, una vida real, una vida con dinero, familia, cariño en su justa medida, amistades e incluso bienes materiales no propios, obviamente. ¿Y ahora? Ahora lo que tienes es un armario repleto de ropa, cajones llenos de preservativos, ropa interior y estanterías vacías de besos. Y dos libros de los que no te separas. Cien años de Soledad. Mítologías del Mundo. El primero te llamó la atención hace muchos años, te impresionó esa facilidad para poder escribir que tenía el autor. El segundo no es más que un recuerdo de otras épocas pasadas en las que tu falta de fé te hicieron fuerte defensor de religiones antiguas y falsas, pero que sin embargo, te entretenían más que un hombre que anda sobre las aguas.

Ahora te miras al espejo y encuentras unos ojos caídos, manos secas y nariz con capilares finos, indicio de tu alcoholemia y de tu falta de coraje. Ahora quieres ver Amelie y romper tus ojos.

Ya no recuerdas cuando fue la última vez que lloraste.

3 comentarios:

Felipe Olaya dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Felipe Olaya dijo...

yo si recuerdo la ultima vez que una lagrima resbalo por mi mejilla...al terminar de leer tus palabras...es sincero y duro...es

Anónimo dijo...

Sabes? No sé que decirte...es más, nosé como he llegado a ti. Es una de las pocas veces que el navegar por internet sin rumbo hace que casualidades como esta sean lo mejor que te ha pasado hoy.
Y mirame...aqui tirada en el sofa con un pitillo de hierva y preguntandome como alguien en alguna parte, alguien q no consigo ni imaginarme puede haber despertado en mi el deseo de abrazar y decir: "tranquilo..."
Ojalá existiese más gente como tu. No te consideres lo que nadie tiene derecho a considerarte, porque solo tú eres la unica persona que puede ver más allá de lo que aparentemente te muestra el reflejo de tu espejo. Solo tienes que cerrar los ojos....eso es lo que yo hago todos los dias cuando me pongo frente a él. A veces cuesta, pero cuando lo consigues una sonrisa se dibuja en tu cara. Y te sientes bien. Contigo mismo, con la señora que te cruzas en la escalera, con la viejecita que te da los buenos dias.... Y entonces ves que tampoco eres tan malo, ni tu vida, ni tu mundo. Solo..diferente, y eso es bueno, porque de la gente corriente nadie se acuerda. Pero de nosotros sí, y nos suelen querer bastante. Poca gente, pero bastante. Piensa que lo que haces es porque en ese momento eres feliz haciéndolo, sea lo que sea. Aunque mañana toque arrepentirse, no importa.
Al fin y al cabo...que es la vida? sino un camino que sabes que acaba pero no sabes cuando.
Sé feliz, muy feliz y que no te importe porqué ni con quien. Solo cierra los ojos y siente. Así sentiran contigo los que quieran darte la mano y así todo tu mundo será feliz. No importa del color que sea.
Un abrazo enorme. Me ha encantado conocerte.