miércoles, 17 de junio de 2009

De siete días en un bolsillo.

El batallón de hormigas que se cuela por mi boca sedienta, pidiendo guerra y devorando mis papilas gustativas, ahora vacías porque te has bebido todas mis ganas, dejándome este mal sabor de boca que encuentro apoyado en mi almohada este amanecer que nunca termina de romper.

Me levantas la sábana llena de cuerpos húmedos que se ahogan en este sopor de las tres de la tarde y me lanzas contra la alfombra, derritiendo todo el néctar de mi cuerpo. Entonces me miras desde lo alto de tu balcón negándome tu trenza oscura y rota.

Ya nunca será mañana en tus ojos cerrados.

Y a pesar de todo te espero en este cuarto de baño cubierto de orquídeas malvas que te buscan bajo el agua y entre mis heridas, lamidas una y mil veces con mi lengua de perro viejo y seco.

Ven y grítame al oído, ponte frente a mi y pégame todos esos golpes que nunca me diste. Ven para desaparece para siempre, mala sombra.

4 comentarios:

Logos, vectores y viceversa dijo...

Cuando esos sentimientos nos invaden deberíamos repetirnos la letra pequeña que tienes en tu cabecera: "te quiero mucho, pero me quiero más a mí".

ele* dijo...

me ha gustado lo de " si no viene...me quedo con las flores" claro que si. Ella se lo pierde, seguro;)

(pon las malvas en agua, que sino se secan)

Logos, vectores y viceversa dijo...

toc toc?

Fractured hand. dijo...

Mándala a freir espárragos (u otras cosas). Retúercete, estírate y vive.

PD: Me quedo un rato más por aquí..