Me
vuelvo
loco
en
mis
paredes.
Pero mi casa está bajo esta tierra seca, agrietada, dura como la losa de mármol que cubre tu boca y no me deja salir al pasillo, a fumarme mis tres días de resurrección.
Hoy es poco, mañana será púrpura y rojo, amigo de lo ajeno. Más ajeno que amigo. Más tierra en los ojos que camino de violetas.
Así que se pudran sus entrañas y después ya hablaremos de negocios, camarada.
Y así es como deben terminar los cuentos. O tú o yo.
3 comentarios:
Tu rabia me ha sentado bien.
La canción, también.
sabe bien tu locura
grande.. nacho vega.s!
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